lunes, 23 de julio de 2012

CIGARRILLOS ASESINOS Y LA MANO QUE TIRA UNA COLILLA


La provincia de Girona es un vergel encantador y voluptuoso, o lo era hasta hoy, todo gracias al sospechoso "descuido", que no puedo aceptar como excusa. Siento como si mi propia piel estuviera ardiendo y mi corazón se deshiciera, calcinado. 
Hubiera querido suavizar el título de esta entrada, pero no me he reprimido.
Ya han fallecido cuatro personas, aparte de animales y plantas, en el devastador incendio del Alt Empordà, en Girona, donde resido.
Dicen que "por una colilla arrojada descuidadamente". Aunque ahora que leo las novedades, se han encontrado muchas más en el foco del inicio del incendio ¡Para asegurarse de que no falle!
Éste, como otros muchos ha sido intencionadamente tramado y ejecutado. Por alguien o "álguienes" que no han llevado puesto el corazón para ocasionarlo. La inconsciencia y la mala saña se han unido en este crimen contra la vida...
¿Quién pagará por ello? La Tierra, los animalitos, las plantas, el ecosistema ¡Y las personas!
Si ya nos lamentamos cuando aparecen los desastres naturales, como los que ocurren ahora en cada extremo del planeta: inundaciones, terremotos, sequías...Cuando el que lo ocasiona voluntariamente ( e incluyo en ello los descuidos, que son también ignorancia y desidia voluntarias) es el propio hombre ¡La incongruencia y crueldad son inadmisibles!
Hoy más que nunca es cierto que fumar puede matar y los incendios deberían contabilizarse en los tremendos, pero al parecer, inútiles anuncios en las cajetillas advirtiendo del peligro.
¿Importa eso a los que arrojan colillas sin pensar? ¿Y a los que las arrojan pensándolo fría y calculadoramente?
Tampoco me resisto a compartir uno de mis últimos poemas, escrito ante la desolación que experimenté al encontrar parte de la Sierra de Gredos arrasada y destruida desde hace tres años por ocho incendios intencionados simultáneamente. En ese lugar yo me sentía dentro del Útero de la Verdad, como ahora lo hago cuando camino por los bosques de Girona.
Mi poema, acompañado de una foto del lugar, es éste:



GAIA  CALCINADA

De vuelta el SUPREMO ÚTERO de la VERDAD,
descubro que el camino, que antaño abarrotaban
árboles y matojos de belleza, ahora yace seco y derrumbado,
lentamente vital, pero quemadas sus ramas y malezas,
su corazón y el cerco de latientes contenidos.
Sin querer y esperarlo, unas lágrimas de compasión- tristeza
han salido de mis ojos atónitos.
¡Cuánta maldad e ignorancia!
¡Cuánta ceguera de ingratitud!
En la roca redonda, con la media Luna en el cielo
y el Sol neblinoso surgiendo del horizonte,
también manchado de ignorante humanidad*,
contemplo mi pasado, mis pasos en la senda.
Pasos que se perdieron con años y con fuegos.
Me pregunto si quien prendió la llama que calcina
alberga en sí un átomo de alma.
Aun así, el latido de Gaia sigue vivo bajo mis pies.
En el ÚTERO ajado quedan vidas y vidas que no renunciarán a vivir ¡Por nada!
A pesar de desalmados, de pirosis crueles y del paso del hombre,
que no conciencia que camina y existe sobre UNA MADRE MAGNIFICENTE.
¡LA VERDAD SIGUE VIVA!
¡JAMÁS SERÁ ARRASADA!    
 (*) Estelas químicas tóxicas al amanecer
                                                                Kavod Ha Malajim

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