jueves, 15 de enero de 2015

TECNOLOGÍA, INTELIGENCIA y CONCIENCIA

Asociamos el progreso casi exclusivamente al avance tecnológico, la proliferación de aparatos  y sistemas y su uso por la mayor cantidad de personas en el planeta.
Nos parecen muy inteligentes quienes saben manejarse entre IPhones, tabletas, portátiles de última generación o videojuegos 3D…
Es alucinante ver cómo los niños agarran una tablet o un teléfono móvil con cortos años y lo manipulan como si lo conocieran desde siempre.
Y es como si nuestro avance como humanos estuviera ligado tan solo a estas cuestiones, haciéndonos considerarnos el ombligo del Cosmos por esta proliferación de medios de divertimento, negocios y comunicación.
Se le coloca el apelativo “inteligente” a un coche que aparca solo, a un reloj que sirve de portátil o a un alimento o crema de cosmética que lleva nutrientes y elementos que, nos aseguran, nos ayudan a estar fuertes y sanos y más bellos…
Se le añaden a los alimentos Bífidos, Omega3, Calcio, Oro, Oligoelementos y etc., con el afán de que en un solo sorbo o bocado del producto, nos llenemos  de perfecta energía vital.

Pero por mucho que queramos disfrazar todo esto de avance en la humanidad, para mí y es solo mi opinión –visión del asunto,  es un modo más de embrutecimiento, adicción y delirio irreal.

No veo que se haya desarrollado en igual medida la solidaridad, la compresión, la tolerancia, el respeto a la diversidad, la colaboración, la búsqueda del beneficio común, la paz interior y exterior y, englobando todas estas cualidades, la conciencia.
La conciencia de quienes somos y qué papel tenemos en el planeta y en la vida.

Típico ejemplo es el ver cómo, hasta en los lugares más remotos  y con  inesperados usuarios, se prefiere grabar con el móvil el accidente o atentado que se está presenciando antes que auxiliar o remediar a los que lo sufren. 

Para rematar,  se sube a YouTube y se vuelve viral, porque una morbosa atracción por ser espectadores inanimados pero sorprendidos y  meneados por estos acontecimientos. En plan Circo Romano… ¿verdad?

No parece ir con nosotros. Incluso me atrevo a decir que disfrutamos sádicamente del horrendo espectáculo de sangre derramada, cuerpos destrozados y ejecuciones sumarias. Que los medios de comunicación se encargan de repetir en todos los ángulos, noticias y retransmisiones posibles, curiosamente, dando siempre la misma interpretación o, incluso, anunciando datos erróneos  según se copian unos de otros en dicha información. Porque no parece haber cabida para los reporteros valientes que sí desean contar la verdad de los hechos.










La tecnología sin conciencia y al servicio de una inteligencia selectiva y adicta a creer que todo es virtual y “videojugable” es un peligroso modo de generar guerras, enemistades, enfermedades psicológicas, suicidios y todo tipo de aberraciones y torturas. Por sí misma no nos hace crecer en nuestro ser, solo en algunas y no muy variadas habilidades. Y entre ellas, no nos estabiliza el mundo emocional sino al contrario y nos altera y resetea el campo mental, para que parezcamos más máquinas que seres que sienten, gozan y padecen.

Nuestra mirada se adapta al pequeño diámetro rectangular de una Tablet o un teléfono de la última hornada de las grandes marcas y esto se vuelve nuestro mundo.
Es más importante contestar una llamada o leer un WhatsApp que conversar o estar atentos a lo que estamos haciendo, como es manejar un volante.

Encuentro especialmente hilarante el ver a un ciclista hablando por el móvil mientras pedalea o el que una señora empuje el carro de la compra en el supermercado con el vientre o la cadera mientras trata de contestar el WhatsApp que le acaban de mandar.

Me pregunto si este tipo de progreso no nos está llevando a más desesperación, ignorancia y abulia.
Queremos estar vitales y supremamente energéticos e invertimos nuestro tiempo y atención a algo que nos altera las ondas cerebrales, nos roba horas de sueño, tranquilidad y nos entorpece los pensamientos creativos caleidoscópicos.

Y conste que soy de las que está encantada con la música de sintetizadores y los vídeos 3D. Cualquier cosa que estimule mi imaginación, que abra mi percepción a nuevas perspectivas, que incremente mi curiosidad por saber cómo funciona el mundo y sus seres…¡¡¡Me entusiasma!!!

Sería una gozada que usáramos la tecnología para unir pueblos y caminos, para borrar fronteras y comunicar corazones y sueños. Para viajar verdaderamente a las estrellas y aprender de otras razas y existencias.

El síntoma de que eso puede ser el mejor modo de progreso, lo tendremos cuando cesen las violencias y las desigualdades, cuando todos podamos ser considerados Ciudadanos de la Tierra de Pleno Derecho.

Con todos quiero decir todos los humanos, animales, plantas, elementos y vida entera que estamos asentados en este privilegiado enclave de la Vía Láctea…

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