jueves, 22 de noviembre de 2012

¡No celebraré la Navidad!

Nunca me ha gustado "la Navidad". Realmente, han sido muy contadas las veces que la he celebrado con alegría.
Llevo varios años que no lo hago, pero este año..¡Menos aún!
Me resulta nauseabunda la parafernalia que, en los países del "primer mundo"- cristianizados, se recrea alrededor de estos días...Sin tener en cuenta el estado caótico y verdaderamente grave en el que todo el planeta está envuelto.
Primero, no se tiene la economía para ningún meneo. Pero ¿Y el ánimo? ¿Realmente hay algo que podamos celebrar , olvidando el sufrimiento de cientos de millones de personas, de miles de territorios con su fauna, flora, mares, ríos?
¿Tendremos corazón cuando deseemos "Felíz Navidad" , sin tener todo esto en cuenta? Luces encendidas en toda la ciudad durante días, canciones, estruendos, compras aceleradas (para los que se lo puedan permitir...) ¡A mi todo esto me parece una maquinaria sin corazón! Un estado paranoico de felicidad artificial.
Sería un poco verdadera Navidad si los pueblos( que pueden) dejaran de gastar en alumbrado y en comidas especiales. Si se compartieran todos los alimentos y el cobijo con los que no tienen nada. Si terminaran las guerras para siempre y las mentiras fueran fulminadas por la verdad. Si se levantaran los vetos y se anularan las leyes injustas que favorecen al poderoso y a la corrupción y matan al desvalido.
Sería Navidad si se regalaran abrazos, sonrisas y solidaridad en vez de Ipods y otros aparatos, fantásticos como herramientas de progreso tecnológico, pero llenos de mentiras virtuales que enganchan y desconectan aún más al hombre de su verdadero reto: Vivir en un planeta que está al borde de un desastre mundial y encontrar  las soluciones que sean correctas para que este planeta ¡Milagro Maravilloso de Belleza inigualable! vuelva a ser  ¡UN  PARAÍSO!
Lo dicho...¡No celebraré la Navidad y no podré decir "Felices Pascuas", mientras haya sufrimiento y desesperanza en cualquier rincón de la Tierra...! Tal y como lo veo...Cuando quiera volver a celebrarla, ya no existirá este mito. Será otra celebración.
Espero que lo que se celebre sea...¡LA VIDA!


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