martes, 5 de enero de 2010


Hoy quiero dar testimonio de mi gratitud a la Vida y al Cosmos, por haber podido cumplir 50 años en los que el aprendizaje ha sido intenso, determinante y maravilloso en su grandeza, profundidad, gozo y dolor.

No cambiaría ninguno de los segundos de esta existencia, pues cada uno de ellos me ha conducido al estado en el que ahora estoy. Y juego con la ventaja de que, a partir de hoy 5 de Enero de 2010, sabré sembrar de la mejor manera la simiente más adecuada, no sólo para mí, sino para toda Gaia y sus habitantes.

Renuevo mi compromiso con LA UNIDAD, con el rescate de la Shejináh. Es un compromiso Eterno e Irrenunciable.

Mi corazón se siente en gozosa plenitud ligera, mi mirada es cinemascópica y policrómica, mis pasos acompasan las cadencias de la Melodía de las Esferas...

50 años como 50 soles que donan su luz. Para vosotros, para LA TIERRA y para mi propio Ser.

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